¡Bienvenidos!¡Hola, a todos!
Soy Karen E. Guzmán, autora de la novela Lazos prohibidos, Lazos liberados y Lazos pasados. Te doy la bienvenida a este espacio donde podrás conocerme mejor. Espero pronto puedas adquirir una copia de mis libros. Prometo que te perderás en sus líneas y la historia de amor te dejará sin aliento. ¡No te los pierdas! |
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Sobre mí
Nacida en San Pedro Sula, Honduras, el 24 de enero de 1990. Licenciada en Diseño Gráfico de profesión, graduada por la Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC). Qué aburrido, ¿no? Mejor les cuento sobre cómo llegué a publicar mi primera novela. Desde los trece comencé a escribirles poemas a los chicos que me gustaban. Para mi fortuna no llegaron a manos de todos, hubiera muerto de la vergüenza.
A los trece, también, comencé escribiendo fanfics de mis animes favoritos hasta que un día leí Adriana y Margarita de Lucila Gamero de Medina. Abrí mis ojos al mundo literario y me dije que yo también podía hacerlo. Las voces comenzaron a sonar en mi cabeza, personajes iban tomando forma y yo decidí sentarme a escribir mi primera novela romántica, la cual terminé a los quince años. Desde ese momento no he dejado de imaginarme historias y personajes.
A los trece, también, comencé escribiendo fanfics de mis animes favoritos hasta que un día leí Adriana y Margarita de Lucila Gamero de Medina. Abrí mis ojos al mundo literario y me dije que yo también podía hacerlo. Las voces comenzaron a sonar en mi cabeza, personajes iban tomando forma y yo decidí sentarme a escribir mi primera novela romántica, la cual terminé a los quince años. Desde ese momento no he dejado de imaginarme historias y personajes.
Mi pasatiempo por la escritura no terminó allí, continué escribiendo otras novelas y solo me daba cuenta de que el tiempo, el estudio y la lectura me ayudaban a mejorar. Algunos amigos leían mis manuscritos y me animaban a continuar haciéndolo, verdaderamente se los agradezco. Continué escribiendo poemas e historias cortas, novelas y los ensayos de la universidad, sí, también debía escribir ensayos a pesar de que mi carrera era muy práctica.
Finalmente, me casé y me convertí en mamá, lo que me dejaba con poco tiempo para escribir. Fueron unos cinco años de sequía. No superaba la bendita pagina en blanco. Pero... un día, una idea comenzó a rondar por mi cabeza. Hice el tiempo, aunque no lo tuviese, y me senté a escribir. Fluía como nunca. Planificaba los capítulos en mi cabeza de camino a recoger a mi hija a la escuela o cuando lavaba platos. En fin, me bastaron unos pocos meses y la fortuna de tomar la cuarentena del lado positivo para terminar: Lazos prohibidos. Decidí que era momento de dar el siguiente paso, publicar, y heme aquí, invitándoles a leerla.
Te animo a perderte en una historia que quizás has vivido, de una manera distinta, pero que te hará reconocer el sabor de una traición.
Finalmente, me casé y me convertí en mamá, lo que me dejaba con poco tiempo para escribir. Fueron unos cinco años de sequía. No superaba la bendita pagina en blanco. Pero... un día, una idea comenzó a rondar por mi cabeza. Hice el tiempo, aunque no lo tuviese, y me senté a escribir. Fluía como nunca. Planificaba los capítulos en mi cabeza de camino a recoger a mi hija a la escuela o cuando lavaba platos. En fin, me bastaron unos pocos meses y la fortuna de tomar la cuarentena del lado positivo para terminar: Lazos prohibidos. Decidí que era momento de dar el siguiente paso, publicar, y heme aquí, invitándoles a leerla.
Te animo a perderte en una historia que quizás has vivido, de una manera distinta, pero que te hará reconocer el sabor de una traición.